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MÁS QUE PALABRAS

LA CRUZ DE SAN ANDRÉS

POR XAVI MIR
P.1

En los cuarteles del paseo de Torras y Bages, último vestigio militar de San Andrés, se refugian desde hace tres años un colectivo de inmigrantes sumidos en la más extrema pobreza. A estos hay que añadir un grupo de okupas, cuyo objetivo principal no es otro que el de poder vivir el máximo tiempo posible sin necesidad de encontrar un nuevo techo. Y para acabar, como la ciudad sin ley en que se ha convertido la zona, las mafias delictivas han encontrado en el lugar una buena sede social.
Este verano, la mayor parte de los habitantes de los cuarteles se presentaron para defenderse como parte acusada en la vista judicial por desalojo, que se celebró el 21 de julio. Tras conocerse el fallo de la sentencia que insta a su definitivo desalojo en el plazo máximo de un mes, parece ser que el conflicto que ha dividido el barrio en los últimos tiempos está llegando también a su fin.

La Asociación de Vecinos de San Andrés (AVSA), ante tal situación, ha trabajado en este período con el fin de garantizar a los inquilinos de los cuarteles unos mínimos para poder vivir con dignidad. Se han elaborado listas de servicios sociales para ser facilitadas a los inmigrantes y se han ido realizando entrevistas con Cáritas y Cruz Roja, fruto de las cuales surgieron varias iniciativas como la desratización del recinto o la instalación de duchas en los cuarteles. Uno de los principales objetivos defendidos por la Asociación es que la desocupación se lleve a cabo de forma pausada y sin mediar en ello violencia alguna. “El ideal sería estudiar cada caso de forma individual y actuar en consecuencia”, pide Lluís González, presidente de la (AVSA). Este organismo representativo de la vecindad aboga pues por las propuestas que pretenden acabar con el asunto de una manera digna para todas las partes afectadas. “Se trata de solucionar un problema humano y no de inmigración, pues hablar de tal cuestión como problema sería caer en un determinismo absurdo”.

La Asociación de Vecinos es consciente del lamentable estado de la cuestión, pero no todos los vecinos opinan del mismo modo ni creen que las directrices a seguir hayan de ser las mismas. La Plataforma Gent del Barri y la Asociación de Comerciantes de la zona de los cuarteles ha liderado, en este tiempo, los principales actos para reclamar la expulsión inmediata de los inmigrantes que ocupan las instalaciones y exigir al Distrito la construcción de los equipamientos prometidos. Estas dos plataformas se quejan de la inseguridad ciudadana que respira el barrio y señalan como culpables directos a la gente que vive en las instalaciones militares.
María Mercader Ruano, vecina de la zona y miembro de Gent del Barri, ha encabezado las manifestaciones al grito de: “¡Cuarteles no, equipamientos ya!”.Ella piensa que “a esta gente habría que echarla de aquí y de Barcelona entera”. A la señora María le dieron un tirón de bolso unos “negros y moros”, según la víctima, cuando volvía del mercado.
En la farmacia Buscató de la calle Grande de San Andrés entraron a punta de navaja. La propietaria, aún no recuperada del susto, comenta que “de aquí no eran, eso seguro, parecían moros o algo así” y afirma que “esto antes no sucedía. Siempre ha sido un barrio muy tranquilo pero desde que están los cuarteles llenos de inmigrantes no vivimos para sustos, suerte tenemos que los sacan ya”.

La asociación de Vecinos de San Andrés y La Plataforma formada por Gent del Barri y Asociación de Comerciantes ha mantenido un duro enfrentamiento en la búsqueda del consenso que permitiera a unos y otros unir sus intereses ante una problemática que se dibujaba común para ambos. La cuestión, que ha suscitado horas de infructuoso debate, se trasladó a uno de los foros de Internet albergado en la página web sant-andreu.com, referencia en la Red por el amplio seguimiento informativo que viene realizando desde los inicios de la ocupación. Joaquim Soler Guillen, uno de los principales impulsores de las actuaciones de la asociación de Vecinos de San Andrés, defensor del dialogo y la necesidad de ayuda humanitaria, mantuvo un duro pulso en el STAP con Joan Perea, miembro de Gent del Barri y valedor a ultranza de una vía directa para la erradicación del problema.

En la actualidad, con un foro en significante desuso y tras conocerse que en menos de un mes de los cuarteles no quedará sino el recuerdo, uno y otro recuperan sus posturas en sendas entrevistas realizadas para la ocasión. Para Joaquim Soler “el sentimiento de derrota llegó cuando las máquinas derribaron los primeros edificios sin existir aún una sentencia en firme” y asegura que “ no puede haber quien celebre este desenlace como una victoria pues aquí hemos perdido todos” Para el miembro de la asociación de Vecinos los días de duros debates en la Red, de enfrentamientos entre unos y otros y situaciones que llegaron a rozar la vergüenza ya han quedado atrás: “Lo importante ahora es encontrar una salida digna a los que han resistido a los derribos y las actuaciones policiales y eso no lo hará la Cruz Roja” Para Joaquim la moda de los cuarteles ya ha pasado y más aún cuando “en los medios, o en el mismo foro del STAP ya nadie dice nada y ¿sabes por qué? Pues porque para muchos ya se ha dicho todo lo que debía decirse”explica airado.

Por su parte, Joan Perea ve las cosas muy distintas y recuerda que “nosotros ya avisamos que allí acabarían matándose entre ellos” refiriéndose al reciente asesinato de un magrebí que tuvo lugar en el recinto. Y continúa: “A mí me han llamado de todo esos de la asociación de Vecinos y es que, por lo visto, querer lo mejor para el barrio ahora es ser racista”. Para Joan Perea la imagen que en estos tiempos se ha transmitido de San Andrés ha sido deplorable: “Los medios han hecho del lugar un espectáculo circense donde borrachos, drogadictos y demás especimenes cotizaban a la alza”. El señor Perea tiene muy claro que “esa gente ha traído la delincuencia al barrio” y como padre de familia se llena de satisfacción al asegurar que “la tranquilidad ha vuelto de nuevo a las calles” para terminar apuntillando que: “yo no le quiero el mal a nadie pero tampoco quiero el mal para los míos. Algunos nos han llamado racistas y yo les digo que más que eso somos ordenados y nos gusta ver a cada cual en su lugar”.
En el lado opuesto, los inmigrantes y aquellos que mal viven aún en los cuarteles también han querido decir la suya. José Luis Chávez, salvadoreño de origen y al que todos conocen como el Chavo, lleva más de medio año trajinando por la zona en espera de encontrar algo mejor. Él vino aquí para hacer fortuna y volver a El Salvador con una vida digna que ofrecer a su familia. “Los que salimos de la tierra lo hacemos empujados por la necesidad y nos cogemos donde sea con tal de sobrevivir, y si hay que vivir en la basura, viviremos, pero esto no significa que nos guste”, afirma el salvadoreño. “Aquí llevamos mucho tiempo viviendo entre ratas, pero en mi tierra hay quienes se las comen del hambre que pasan”.

Para el Chavo, la postura de la Asociación de comerciantes y Gent del Barri es comprensible: “Es cierto que aquí hay quien roba, pero no menos que en otros sitios. Y ni son todos negros ni tampoco sudamericanos”.Por último, añade: “También hay españoles con papeles que están desvalijando el barrio; la pobreza es democrática.
En estos días, la presencia policial ha incrementado sus efectivos, las detenciones son constantes y el derribo de los edificios que forman la estructura de los cuarteles avanza de nuevo sin concesión alguna. La Cruz Roja continúa con el traslado de manera escalonada de los inmigrantes del recinto militar a su sede de la Fundación Pere Tarrés de Tiana, a 40 Km. del lugar, y se espera que tras la última resolución Sosracismo y Cáritas se unan a la iniciativa. Los que como el Chavo no son partidarios de ninguna reubicación que suponga el envío del problema a otro lugar, tienen claro que se quedarán hasta el final. “Al fin y al cabo, nosotros también nos sentimos parte de este barrio”, dicen.
El conflicto que ha generado el recinto es un buen ejemplo para ilustrar que cuando la inseguridad nos condiciona, aparecen de forma clara las mejores virtudes en unos, pero a su vez, los peores defectos en otros. El definitivo desalojo de los cuarteles pondrá fin a un conflicto que ha dividido el barrio en los últimos años.

ENLACES:

Los ocupantes de los cuarteles de San Andrés deberán irse en un mes ( Avui)
La juez da un mes a los inmigrantes de los cuarteles de Sant Andreu para irse voluntariamente
La juez da un ultimátum a los ocupantes de los cuarteles de Sant Andreu para que los desalojen (La Vanguardia)
Un inmigrante mata a otro en los cuarteles de San Andrés ( El Periodico)
La Cruz Roja y Caritas evaluan la situación de los ocupantes de los cuarteles ( El Periódico).
Los habitantes de los cuarteles piden que se pare el derribo hasta que exista una sentencia en firme (Avui).

1 comentario

Ramón -

Todo un ejemplo de democracia participativa. ¿Conoces la obra de Tomás R. Villasante? Te interesará seguro.