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MÁS QUE PALABRAS

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL ARTE

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL ARTE POR XAVI MIR
P.7

El arte de nuestro siglo recoge el pasado y el presente, refleja la forma actual en la concepción del mundo, nuestra forma de vida y nuestra comprensión global del devenir.
Si tomamos como premisa la idea de que en toda creación artística se expresa la interiorad del hombre en base a la realidad vital que le envuelve, obtendremos como resultado que el artista habla por él y por nosotros mismos, y expresa, aunque no poseamos plena conciencia de ello la perplejidad del ser humano actual ante la rápida sucesión de los hechos.
Los experimentos artísticos, las vanguardias e incluso el propio Arte Digital, son fruto de las vivencias, del entorno y de la imaginación individual a la cual el artista libremente da forma. Hay que aprender a ver y entender que la nueva expresión artística es parte de nuestra vida y a su vez integradora en la comprensión de nosotros mismos. Así pues, y de la misma manera que los rápidos progresos técnicos y científicos han sido consecuencia de nuevos estilos de vida, el arte, como elemento partícipe de éstos, rompe con los convencionalismos establecidos y se constituye en un nuevo campo que estará directamente relacionado a los avances tecnológicos.

El artista, inmerso en estos cambios profundos, se sitúa en una nueva dimensión en la que el futuro parece pertenecer a los que estén decididos a suprimir los lastres anteriores. La innovación en todos los campos de la expresión artística y cultural se asemeja como definición del siglo que empieza.
El Arte Digital engloba en buena medida estos nuevos postulados y se erige como ejemplo de referencia. Para Roc Parés, reconocido artista digital y experto en comunicación interactiva, “la aparición de Internet ha supuesto un punto de inflexión en la concepción artística”. El espectador ha dejado atrás una postura meramente contemplativa en la recepción de información y se encamina hacia una posición interactiva de pregunta y respuesta.

El artista catalán que aboga por la necesidad de diálogo entre creador y espectador entiende que una de las problemáticas que el arte presenta es la necesidad de generar respuestas a la infinidad de preguntas que plantea. Internet ha dotado de expresividad al arte, ha fomentado el ejercicio de la crítica y está acercando un nuevo concepto artístico de practicidad a un público diverso con el que los emisores pueden sostener un diálogo individualizado.
El nuevo arte encamina sus pasos hacia un ideal de democratización. Para su consecución es necesaria una concienciación artística que permita al espectador superar la idea del fetichismo del objeto y obviar al arte como mera mercancía o medio de lucro. Hay que mirar más allá de los criterios tradicionales que imponen la obra como un elemento de posesión individual, debemos superar la concepción de pertenencia artística, ya recaiga ésta, en un único individuo, o en un estamento que haga uso para su exhibición.

El arte ha adquirido a lo largo del siglo pasado valor de cambio, ha sido monopolizado por personajes anónimos y se ha alejado de la sensibilidad colectiva mediante mensajes que se asemejan personalistas e individualistas. Las vanguardias, desde el fauvismo, cubismo o el mismo dadaísmo han sido expresiones de las graves situaciones vividas por el hombre en un espacio temporal concreto. Manifestaciones de protesta, desacuerdo y repulsa; preguntas en su mayoría sin respuesta.
El nuevo arte debe dar cabida ha estos interrogantes, debe ofrecer un punto y seguido al punto y final, huir de la denominada “cultura visual de masas” que ha determinado hasta la actualidad el valor del artista y de la obra. El arte que se dibuja en el horizonte del siglo XXI se encuentra moralmente obligado con el ciudadano.
El artista, como tal, debe poner su capacidad creadora al servicio del hombre y optar por aquella forma de difusión que abarque el máximo espacio posible y resulte útil a ojos de un espectador ávido de interacción y practicidad artística. Siendo así parece evidente que los beneficios para este no resultaran rentables de inmediato, pero se verán compensados por la rápida difusión de su obra, lo cual, a la larga, supondrá un clara recompensa en el reconocimiento social y potenciará una creación que previsiblemente adquirirá un claro valor en un futuro cercano.

Para artistas como Joshua Davids, ganador del Prix Arts Electronica 2001, el premio más prestigioso de arte digital, que cambió “lienzos y pinceles por funciones, matrices, bucles y fórmulas” las posibilidades que ofrece el Arte Digital son infinitas. Lo que parece evidente es que Internet ha abierto un nuevo escenario en los modelos creativos y que a estas alturas podríamos estar ya hablando del Arte Digital como corriente propia. Para Joshua Davids que centra su producción en el uso de programas como Flash o Javascript el espíritu del artista no se ve en ninguna forma vulnerado con el uso de la tecnología. “Utilizo lo que debo utilizar para obtener lo que necesito en mi trabajo pero una cosa tengo clara y es que ningún programa de por sí hace arte”.
Al igual que el clasicismo de los dos primeros decenios del siglo XVI verificó la unión entre ciencia y arte, el nuevo arte se erige como el método ideal para llevar a la práctica su enlace con la tecnología. Este proceso deberá realizarse mediante la aportación intelectual del artista que como lo hiciera Matisse, Monet, Seurat o Degas seguirá siendo clave para la consecución de la obra.

ENLACES

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Entrevista a Joshua Davids

Arte digital ( páginas genéricas)

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